Fuente: Un cura fÃsico (AB)
Continuación del artÃculo La Breve Historia de Hawking (I). El muñeco de trapo
En una entrada anterior,
señalamos que las ecuaciones de Einstein predicen para los primeros
instantes del Universo una situación similar a la del vértice de un
cono. Según va transcurriendo el tiempo, el tamaño del Universo crece de
la misma forma que el radio del cono aumenta conforme nos alejamos de
su vértice. Ya hemos señalado que a varios astrofÃsicos –Hawking entre
ellos– no acaban de convencerles este escenario. ¿Por qué? Vamos a
intentar explicarlo.
De nuestra contemplación del Universo hay dos cosas que llaman la
atención. Bueno, en realidad hay muchÃsimas cosas asombrosas en el
Cosmos, pero ahora nos centraremos en dos de ellas: su homogeneidad
térmica y el hecho de que es casi plano.
La homogeneidad térmica del Universo
¿Qué es eso de la homogeneidad térmica? Al explorar el Cosmos se
comprueba que miremos a donde miremos, el espacio vacÃo del Universo –es
decir, ahà donde no hay estrellas ni nada– tiene más o menos la misma
temperatura: 2,7 grados Kelvin (unos 270 grados bajo cero). No hay zonas
más calientes ni zonas más frÃas. Por supuesto, existen variaciones,
pero son muy pequeñas, menores de una milésima de grado: la temperatura
del Espacio es prácticamente la misma en todas partes. Esto lo
comprobaron Penzias y Wilson en 1965 al detectar la radiación de
microondas del universo, una radiación de fondo que llega a la Tierra
desde todas los puntos del firmamento. Este descubrimiento –que fue
bastante fortuito, todo hay que decirlo–, les valió el premio Nobel de
FÃsica en 1978, y fue una gran confirmación de la teorÃa del Big Bang;
es precisamente esa la temperatura que se calcula que deberÃa tener el
Universo si efectivamente se inició con una gran explosión.
Un reciente mapa de la temperatura de nuestro amado Universo By ESA/NASA/JPL-Caltech CC BY-SA 4.0 |
Que la temperatura sea prácticamente la misma en todas partes es una cosa bastante alucinante, sobre todo si tenemos en cuenta el inmenso tamaño del Universo. Me explico: piensa en una barra de metal en la que el extremo de la derecha está algo más caliente que el resto. Conforme pasa el tiempo, la temperatura se irá distribuyendo de derecha a izquierda hasta que, pasado un buen rato, toda la barra tenga la misma temperatura. Cuanto más larga sea la barra, más tiempo se necesitará para que el calor se iguale.
Bueno, pues el problema es que el modelo del Big Bang clásico predice
que la expansión del Universo fue tan rápida que no hubo tiempo
suficiente para que la temperatura se igualase en todas sus partes. Esto
nos deja dos alternativas. La primera es suponer que, al menos durante
los primeros instantes de su existencia, el Universo se expandió de una
forma distinta a como predicen las ecuaciones de Einstein. La segunda
posibilidad para explicar la temperatura uniforme del Cosmos es mucho
más sencilla y tal vez ya se te haya ocurrido a ti cuando leÃas esto:
simplemente, que el Universo empezara a existir con la misma temperatura
en todas partes...
Un universo que es casi plano
Pasemos ahora a la segunda peculiaridad del Universo: el hecho de que
sea casi plano. Sabemos que las galaxias se separan unas de otras debido
a la expansión del espacio-tiempo (como vimos aquÃ).
Pero, a la vez que esto pasa, también se produce la atracción
gravitatoria entre las galaxias. Podemos, por tanto, decir que en nuestro
mundo tiene lugar una especie de batalla sin cuartel entre la expansión
del universo, que separa las galaxias, y la fuerza de la gravedad, que
hace que se junten. Una forma de verlo es pensar en una persona que
camina por una cinta de correr: si camina lo suficientemente rápido,
avanza y si no, retrocede. ¿Quién ganará? Pues, como te darás cuenta,
depende de la forma en que se expande el Universo: si es suficientemente
rápida, ganará la expansión y el Cosmos irá creciendo constantemente
por los siglos; en caso contrario, la gravedad vencerá y las galaxias
acabarán acercándose unas a otras hasta chocar entre ellas.
Pero existe una tercera posibilidad: que ambas fuerzas se equilibren y
el universo llegue al reposo. SerÃa lo equivalente a que la persona
sobre la cinta de correr vaya exactamente a la misma velocidad que la
cinta: el Universo se seguirá expandiendo, pero las galaxias, atrayéndose unas a otras, se quedarÃan quietas. Como ya te darás cuenta,
para que esto ocurra tiene que darse una igualdad bastante precisa
entre la fuerza gravitacional –y, por tanto, la cantidad de masa del
Universo– y la velocidad de expansión. Es algo improbable, pero posible,
al fin y al cabo...
El Universo cerrado, plano o abierto |
Bueno, pues esas tres posibilidades nos dan tres tipos de universo: si
el universo se expande por siempre, se dice que el Universo es abierto. Si se frena y vuelve comprimirse, universo cerrado. Si, por fin, el universo se detendrá, hablamos de universo plano.
Y, entonces, ¿cómo es nuestro Universo? Pues resulta que cuando Hawking
escribió su libro no estaba del todo resuelto el asunto. Pero la
observación de las galaxias lejana deja claro una cosa: que si el
Universo no es plano, poco le falta. Es decir: la masa total de las
galaxias es justo la precisa –poco más o menos– para que el Universo sea
plano o casi.
Claro, esto puede parecerte muy interesante, pero dirás que ni te va ni te viene cómo sea el Universo. Pues no. Resulta que el hecho de que el Universo sea casi plano es una cosa estupenda. FÃjate; si el Universo fuera, por asà decirlo, muy cerrado, hace tiempo que hubiera colapsado y no habrÃa dado tiempo a que se formaran las estrellas, ni los planetas... ni nosotros mismos. Por el contrario, si fuera muy abierto, la expansión del universo habrÃa sido tan grande que no se habrÃan podido formar las estrellas... ni los planetas ni nosotros mismos. Vamos, que el hecho de que el Universo sea casi plano (ni muy abierto ni muy cerrado) es una cosa bastante afortunada para nosotros.
Claro, esto puede parecerte muy interesante, pero dirás que ni te va ni te viene cómo sea el Universo. Pues no. Resulta que el hecho de que el Universo sea casi plano es una cosa estupenda. FÃjate; si el Universo fuera, por asà decirlo, muy cerrado, hace tiempo que hubiera colapsado y no habrÃa dado tiempo a que se formaran las estrellas, ni los planetas... ni nosotros mismos. Por el contrario, si fuera muy abierto, la expansión del universo habrÃa sido tan grande que no se habrÃan podido formar las estrellas... ni los planetas ni nosotros mismos. Vamos, que el hecho de que el Universo sea casi plano (ni muy abierto ni muy cerrado) es una cosa bastante afortunada para nosotros.
Hawking y su rechazo al Big Bang
Como hemos señalado, el modelo de Einstein explica por qué el Universo
se expande, pero no por qué tiene temperatura homogénea y geometrÃa casi
plana. Estrictamente hablando esto no es que sea un problema. Sin más,
podemos considerar esos hechos como algo de facto: entre todas las posibles condiciones del Universo en su inicio son esas las que se dan, digamos, porque sÃ.
Sin embargo, es lógico que los investigadores intenten ver si es posible
profundizar más en nuestro conocimiento de la naturaleza para dar razón
de esas dos caracterÃsticas del Universo. Este afán de conocer es algo
inherente al ser humano, al fin y al cabo. No obstante, pienso que es
bueno leer lo que escribe Hawking en su libro, pues nos da una
interesante explicación de por qué no le gusta el modelo clásico del Big
Bang.
Citando a nuestro autor, según el modelo clásico, en los primeros instantes del Universo «tendrÃa que haber habido exactamente la misma temperatura en todas partes para explicar el hecho de que la radiación de fondo de microondas tenga la misma temperatura en todas las direcciones en que observemos. La velocidad de expansión inicial también tendrÃa que haber sido elegida con mucha precisión, para que la velocidad de expansión del universo fuese todavÃa tan próxima a la velocidad crÃtica necesaria para evitar colapsar de nuevo». En resumidas cuentas, dice, para que el Cosmos llegara a ser como ahora lo vemos, el «estado inicial del universo tendrÃa que haber sido elegido con mucho cuidado». Este participio, “elegido”, nos pone ya en la lÃnea de a dónde quiere llegar: a que, en definitiva, es «muy difÃcil explicar por qué el universo deberÃa haber comenzado justamente de esa manera, excepto si lo consideramos como el acto de un Dios que pretendiese crear seres como nosotros».
Y asÃ, sin trampa ni cartón, Hawking nos dice claramente qué es lo que
se propone con su modelo de universo. Él es agnóstico y quiere seguir
siéndolo –cosa que me parece absolutamente respetable, quede claro–, por
lo que sugiere rechazar la formulación clásica del Big Bang y buscar
otra forma de explicar el origen del Universo para que no tengamos que
aceptar la existencia de unas condiciones iniciales concretas, que
podrÃan hacer pensar en un plan divino.
Asà lo dice él mismo: «... pasé el verano siguiente en la universidad de California, en Santa Bárbara. AllÃ, junto con mi amigo y colega Jim Hartle, calculamos qué condiciones tendrÃa que cumplir el universo si el espacio tiempo no tuviese ninguna frontera». Y, un poco más adelante, aclara: «Me gustarÃa subrayar que esta idea de que tiempo y espacio deben ser finitos y sin frontera es solo una propuesta: no puede ser deducida de ningún otro principio».
Como vemos, Hawking no parece interesado en estudiar cómo es el Universo sino en cómo tendrÃa que ser
para que su inicio no fuera tan peculiar. Se puede decir que no busca
una teorÃa para el Universo, sino que busca un universo para su
teorÃa... Como veremos, Hawking fuerza las hipótesis de partida de su
estudio para que le salga el resultado que quiere, un Universo sin
condiciones iniciales peculiares. Y ¿como lo hace? Vamos a verlo
enseguida, pero antes se hace necesaria una aclaración.
En la ciencia moderna nos encontramos con dos tipos de fÃsica. Por un lado está la fÃsica relativista, que hace referencia a cosas muy grandes o con mucha energÃa: las estrellas, las galaxias, objetos que se mueven a velocidad cercana a la de la luz... Por otro lado, está la fÃsica cuántica, que hace referencia a las cosas pequeñas: los átomos, las moléculas, etc. Bueno, pues cuando consideramos los primeros momentos del universo, nos encontramos con un sistema, el Universo primitivo, que es a la vez muy pequeño y enormemente energético. Esto nos dice que, para estudiar esos instantes, tenemos que tener en cuenta tanto la fÃsica relativista como la cuántica.
En realidad, nadie hasta la fecha ha sabido cómo combinar estas dos fÃsicas; se han dado muchas aproximaciones, pero ninguna concluyente. Pero lo que si es más o menos claro es que en los primeros instantes del universo hay que tener en cuenta estos dos tipos de fÃsica. Las ideas de Hawking tienen en cuenta está duplicidad, como veremos.
En la ciencia moderna nos encontramos con dos tipos de fÃsica. Por un lado está la fÃsica relativista, que hace referencia a cosas muy grandes o con mucha energÃa: las estrellas, las galaxias, objetos que se mueven a velocidad cercana a la de la luz... Por otro lado, está la fÃsica cuántica, que hace referencia a las cosas pequeñas: los átomos, las moléculas, etc. Bueno, pues cuando consideramos los primeros momentos del universo, nos encontramos con un sistema, el Universo primitivo, que es a la vez muy pequeño y enormemente energético. Esto nos dice que, para estudiar esos instantes, tenemos que tener en cuenta tanto la fÃsica relativista como la cuántica.
En realidad, nadie hasta la fecha ha sabido cómo combinar estas dos fÃsicas; se han dado muchas aproximaciones, pero ninguna concluyente. Pero lo que si es más o menos claro es que en los primeros instantes del universo hay que tener en cuenta estos dos tipos de fÃsica. Las ideas de Hawking tienen en cuenta está duplicidad, como veremos.
Por
otra parte, cuando queremos calcular el comportamiento de un sistema
teniendo en cuenta la fÃsica cuántica, las cosas se complican bastante.
Por ejemplo, para calcular el recorrido de un electrón a lo largo de un
cable eléctrico, si queremos hacer las cosas bien, tenemos que
considerar todos los caminos posibles que recorrerá ese electrón y
sumarlos: es como si calculáramos todos las posibles trayectorias e
hiciéramos la media... AsÃ, por ejemplo, tenemos que tener en cuenta que
el electrón puede ir por el centro del cable, o por el borde del
cable... o por fuera del cable. Es más, existe la posibilidad de que el
electrón salga del cable, dé una vuelta entorno a la torre Eifel y luego
vuelva a entrar en el cable y siga su camino. Por supuesto, calcular
absolutamente todas las trayectorias es imposible, y lo que se suele
hacer es despreciar todas las rutas que, como la de la torre
Eifel, sean muy improbables... AsÃ, en el caso del electrón, tenemos en
cuenta solamente los caminos que vayan por dentro del cable o cerca del
mismo.
Cuando Hawking y Hartle se proponen estudiar el comportamiento del Cosmos en sus primeros instantes, se encuentran con la necesidad de calcular todas las posibilidades de evolución del Universo. Ya te imaginarás que ese cálculo es absolutamente imposible y tienen que hacer alguna aproximación despreciando algunas de las muchas –casi infinitas– historias posibles del Universo. Bueno, pues ahora viene lo bueno: ¿qué aproximación hace Hawking? Pues una muy inteligente: para llevar a cabo el cálculo, propone, cito, realizar la suma sobre las historias para todos los espacio-tiempo euclÃdeos posibles que no tengan ninguna frontera. Vamos, que asÃ, con dos fosas nasales, Hawking hace el cálculo despreciando, because yes, todas aquellas historias cuánticas en las que el Universo tiene las caracterÃsticas que a él no le gustan.
Por supuesto, todo el mundo está en su derecho a proponer una teorÃa
fÃsica que intente explicar las condiciones iniciales del Universo. Sin
embargo, pienso que la forma en que lo hace Hawking no es del todo
correcta desde el punto de vista cientÃfico. Al despreciar a priori
las historias en las que no hay condiciones iniciales especiales, está
tergiversando de raÃz todo su cálculo. O, por decirlo de forma más
clara, está forzando la ciencia partiendo de un prejuicio. Y eso, lo
siento, pero no es correcto.
Ojo, no estoy diciendo que no seguir el método cientÃfico sea erróneo o que de lugar a conclusiones falsas: es sabido que con razonamientos incorrectos también se puede llegar conclusiones verdaderas. TÃpico ejemplo: las niñas no tiene barba, las estrellas son niñas, luego las estrellas no tienen barba... En otra entrada hablaremos de los errores de la teorÃa de Hawking desde el punto de vista cientÃfico, pero ahora querÃa hacerte ver, simplemente, que Hawking hace trampas.
Ojo, no estoy diciendo que no seguir el método cientÃfico sea erróneo o que de lugar a conclusiones falsas: es sabido que con razonamientos incorrectos también se puede llegar conclusiones verdaderas. TÃpico ejemplo: las niñas no tiene barba, las estrellas son niñas, luego las estrellas no tienen barba... En otra entrada hablaremos de los errores de la teorÃa de Hawking desde el punto de vista cientÃfico, pero ahora querÃa hacerte ver, simplemente, que Hawking hace trampas.
Despreciar a priori las historias del universo en las que se dan
condiciones peculiares puede llevar a error. Imaginemos que, en el
ejemplo del electrón que atraviesa un cable, despreciemos todas las
historias en las que el electrón va por fuera del cable. Nos darÃa como
resultado que no serÃa necesario poner aislantes a los cables. Y ya
puedes imaginar los calambrazos que nos llevarÃamos...
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