Bas van Fraassen y el empirismo constructivo

La ciencia no busca verdad, sino la adecuacidad empírica.



Bas van Fraassen es un filósofo americano de origen holandés. Su especialidad es la filosofía de la ciencia, y es conocido sobre todo por su teoría del “empirismo constructivo”, que expuso por primera vez en 1980 en el libro “The Scientific Image” (La imagen científica).

El empirismo constructivo viene a decir que la ciencia no busca la verdad sobre el mundo o, mejor dicho, no se debería entender como empresa en busca de tal verdad. Es una empresa en busca de algo menos ambicioso, que es simplemente la “adecuacidad empírica:

“La ciencia se propone ofrecernos teorías que son empíricamente adecuadas; y la aceptación de una teoría involucra como creencia solamente que ella es empíricamente adecuada.”


Van Fraassen quiere seguir fielmente la línea empirista, y propone su versión antirrealista del empirismo como una alternativa al realismo científico, que describe como una visión equivocada de la ciencia, en sus objetivos y en su naturaleza. La descripción del realismo es:

“La ciencia se propone darnos, en sus teorías, un relato literalmente verdadero de cómo es el mundo; y la aceptación de una teoría científica conlleva la creencia de que es verdadera.”


Según el empirismo constructivo, una teoría científica es útil simplemente por darnos una explicación que concuerda con lo observado en el laboratorio. La teoría no pretende decirnos cómo es el mundo realmente, porque no puede llegar tan lejos. Por lo tanto, no les podemos atribuir “verdad” a las teorías. Serán siempre teorías, especialmente respecto a las realidades empíricamente inaccesibles. Además, nos dirá van Fraassen, se ha visto tantas veces en la historia que las teorías científicas se equivocan, incluso las más prometedoras.

La posición de van Fraassen es interesante desde varios puntos de vista, pero sobre todo desde el punto de vista gnoseológico, porque suscita preguntas sobre la verdad y la certeza en la ciencia. Van Fraassen dice que los científicos no se deberían preocupar de la verdad porque no pueden tener certeza más allá de los resultados empíricos. Por lo tanto, no pueden hacer afirmaciones sobre realidades que no se pueden tocar y ver directamente con los ojos humanos. Esto incluye todo el mundo microscópico.

Desgraciadamente, van Fraassen no parece resolver este problema, que es, en fondo, el problema de la objetividad de las teorías científicas. Su filosofía no parece tener una base gnoseológica sólida, como sucede con el constructivismo y el empirismo, de los que hereda. Para fundar la objetividad científica hace falta buscar unos principios gnoseológicos en la filosofía aristotélica-tomista.

JK


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