“Así como la vida y el mundo son dinámicos, el cuidado del mundo debe ser flexible y dinámico.” (Laudato Si’, 144)
Terminamos una semana dedicada a la encíclica del Santo Padre Francisco Laudato si’, una encíclica que nos ha recordado el camino hacia Dios a través de la naturaleza, el mundo y los demás, en especial, los necesitados.
Puede ser bueno en estos momentos levantar la mirada al Espíritu Santo, que es el que nos alumbra el camino hacia la verdad y el bien. Y lo hacemos precisamente en unos días que median entre la Ascensión del señor y la venida del Espíritu en Pentecostés. Nos unimos a todos los cristianos que en estos días rezan a Dios por el bien de la creación y de toda la humanidad. Pedimos, pues, al Espíritu que venga y encienda nuestros corazones, para que el amor a los demás se llene también de un compromiso por cuidar las cosas el señor nos ha concedido.
Es la misma ciencia del amor, que viene de Dios, la que nos muestra ese camino para comprender la Naturaleza y cuidarla.
PUL
Terminamos una semana dedicada a la encíclica del Santo Padre Francisco Laudato si’, una encíclica que nos ha recordado el camino hacia Dios a través de la naturaleza, el mundo y los demás, en especial, los necesitados.
Puede ser bueno en estos momentos levantar la mirada al Espíritu Santo, que es el que nos alumbra el camino hacia la verdad y el bien. Y lo hacemos precisamente en unos días que median entre la Ascensión del señor y la venida del Espíritu en Pentecostés. Nos unimos a todos los cristianos que en estos días rezan a Dios por el bien de la creación y de toda la humanidad. Pedimos, pues, al Espíritu que venga y encienda nuestros corazones, para que el amor a los demás se llene también de un compromiso por cuidar las cosas el señor nos ha concedido.
Es la misma ciencia del amor, que viene de Dios, la que nos muestra ese camino para comprender la Naturaleza y cuidarla.
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